Se cumplen 126 años del nacimiento de Federico García Lorca

Este 5 de junio de 2024 se cumple el 126 aniversario del nacimiento del poete y dramaturgo Federico García Lorca, que se convirtió en un genio de la literatura del siglo XX.

Se cumplen 126 años del nacimiento de Federico García Lorca
126 años del nacimiento de Federico García Lorca

Este 2024, se conmemora el 126 aniversario del nacimiento de uno de los poetas más influyentes y queridos del siglo XX: Federico García Lorca. A lo largo de mi vida, he estudiado a fondo la obra de Lorca y su legado inigualable.

Hoy, quiero compartir una semblanza de su vida, su obra y su impacto en la literatura y la cultura.

La vida de Federico García Lorca

Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, Granada. Desde joven, mostró un talento excepcional para las artes, especialmente la literatura y la música.

Federico García Lorca
Federico García Lorca

Sin embargo, fue su inclinación por la poesía lo que lo llevó a convertirse en una figura central de la Generación del 27, un grupo de escritores y poetas que revolucionaron la literatura española en el siglo XX.

Lorca es conocido no solo por su brillantez literaria, sino también por su trágica muerte durante la Guerra Civil Española. Fue fusilado en agosto de 1936, y su cuerpo nunca fue encontrado, lo que añade un halo de misterio y dolor a su figura, convirtiéndolo en el "poeta sin tumba". Su asesinato fue un acto de represión política, y su ausencia física se siente profundamente en la cultura española y mundial.

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Obra literaria y su impacto

La obra literaria de García Lorca ha tenido un gran impacto en el mundo literario actual, especialmente por la profundidad y variedad de los temas que aborada, que pueden ir desde lo popular hasta la poesía más pura, recuperando formas tradicionalas como la Gacela.

Obra literaria de Federico García Lorca
Obra literaria de Federico García Lorca

Sus obras literarias más representativas son:

Romancero gitano: Una obra clave

Uno de los libros más representativos de Lorca es "Romancero gitano". Publicado en 1928, este libro de poesía captura la esencia del folclore andaluz y la vida gitana con una belleza y una profundidad incomparables.

Los poemas, llenos de simbolismo y emoción, exploran temas de amor, muerte, y lucha. Esta obra consolidó a Lorca como uno de los poetas más importantes de su tiempo y sigue siendo una referencia esencial en la literatura española.

Poeta en Nueva York: Un grito de angustia y modernidad

Otra obra fundamental es "Poeta en Nueva York", escrita durante la estancia de Lorca en Estados Unidos en 1929 y 1930. Este libro es un poderoso testimonio de su reacción ante la modernidad y la alienación de la vida urbana.

Los poemas reflejan su choque cultural y su sensibilidad ante la injusticia social, el racismo y la deshumanización. Esta obra es un ejemplo brillante del surrealismo en la poesía y muestra una faceta más experimental y crítica de Lorca.

Mejores poemas de Federico García Lorca

Mejores poemas de Federico García Lorca
Mejores poemas de Federico García Lorca

1. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías

LA COGIDA Y LA MUERTE

A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.

Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.

¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.

El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.

A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

LA SANGRE DERRAMADA

¡Que no quiero verla!

Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.

¡Que no quiero verla!

La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras

¡Que no quiero verla!

Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!

¡Que no quiero verla!

La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.

No.

¡Que no quiero verla!

Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras.
Como un río de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera.
Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua,
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.

¡Que no quiero verla!

Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.

¡Yo no quiero verla!

CUERPO PRESENTE

La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos;
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

ALMA AUSENTE

No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y monjes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.

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2. Soneto de la guirnalda de rosas

¡Esa guirnalda! ¡pronto! ¡que me muero!
¡Teje deprisa! ¡canta! ¡gime! ¡canta!
que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez viene y mil la luz de enero.

Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta,
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.

Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados.
Bebe en muslo de miel sangre vertida.

Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.

3. Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

4. La casada infiel

Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.

5. Romance de la luna, luna

A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
habrían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
-Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

La Generación del 27 y Lorca

Federico García Lorca 126 Años
Federico García Lorca 126 Años

La Generación del 27 fue un grupo de poetas y escritores que se unieron para rendir homenaje a Luis de Góngora en el tricentenario de su muerte en 1927.

Entre ellos se encontraban figuras como Rafael Alberti, Pedro Salinas, Jorge Guillén y Vicente Aleixandre, entre otros. Federico García Lorca destacó no solo por su talento, sino también por su carisma y su capacidad para conectar con su audiencia a través de recitales y representaciones teatrales.

Lorca se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia, no solo en España sino a nivel mundial. Su obra teatral, incluyendo piezas como "Bodas de sangre", "Yerma" y "La casa de Bernarda Alba", sigue siendo representada en todo el mundo, demostrando su relevancia y su impacto duradero.

Celebraciones del 126 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca

Celebraciones del 126 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca
Celebraciones del 126 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca

Este año, Fuente Vaqueros, la ciudad natal de Lorca, conmemora su 126 aniversario con una serie de eventos culturales que incluyen talleres, presentaciones literarias, visitas guiadas, teatro, conciertos y exposiciones​ (Motril Digital)​​ (IbizaLit)​.

La Semana Cultural "5 a las 5" es un homenaje a su legado, donde se destaca la inauguración de monumentos en su honor y la celebración de la I Feria del Libro de Fuente Vaqueros​ (Motril Digital)​.

Además, en conmemoración de este aniversario, se han realizado eventos a nivel internacional, incluyendo entrevistas y programas especiales dedicados a su vida y obra. Destaca la presentación de un videojuego basado en "Poeta en Nueva York", que promete llevar la obra de Lorca a una nueva generación de admiradores​ (IbizaLit)​.

El legado de Lorca en la literatura y la cultura

La influencia de Federico García Lorca en la literatura y la cultura es innegable. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y su poesía sigue siendo estudiada y apreciada en todo el mundo.

Lorca supo capturar la esencia de la humanidad en sus escritos, explorando las emociones más profundas y las realidades más crudas con una sensibilidad única.

Lorca no solo fue un poeta y dramaturgo, sino también un defensor de los derechos humanos y la libertad de expresión. Su trágica muerte a manos del régimen franquista lo convirtió en un mártir cultural, y su legado sigue vivo en la lucha por la justicia y la igualdad.

Federico García Lorca, el poeta sin tumba, sigue siendo una figura central en la literatura y la cultura. A 126 años de su nacimiento, su obra continúa inspirando y conmoviendo a lectores y espectadores de todo el mundo. Sus libros, especialmente "Romancero gitano" y "Poeta en Nueva York", son testamentos de su genio y su visión única del mundo. A través de sus palabras,

Lorca sigue vivo, recordándonos la importancia de la poesía y el arte en nuestras vidas.

En Ellipsis Mx, nos sentimos honrados de celebrar el legado de Lorca y de continuar difundiendo su obra y su mensaje. Que su poesía siga iluminando nuestros corazones y nuestras mentes, recordándonos siempre el poder transformador del arte y la literatura.


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